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viernes, 27 de noviembre de 2020

El daño colateral

 


Lo que se hace llamar “nueva normalidad” nos ha afectado a todos de distintas maneras, principalmente a todos aquellos que trabajan en sector salud, pero ¿de qué forma esto puede repercutir en sus familiares?


Todos anhelamos que las cosas vuelvan a ser como antes, pero poco a poco se ha convertido en una realidad que se percibe más distante. Es por ello, que el personal médico se encuentra dentro de una lucha constante, la cual parece no tener salida. Su trabajo depende de un gran número de personas. Los registros del pasado 5 de octubre indican que 1,646 trabajadores de la salud fallecieron en México (de los cuales 49 % eran médicos) y 122, 041 contrajeron la enfermedad (26 % doctores), según cifras oficiales. Mucho se ha hablado acerca de las consecuencias en la salud física, pero mentalmente los familiares de aquellos que se han infectado también han sido experiencias que valen la pena ser escuchadas. 


Vivirlo en carne propia 

El Dr. José Manuel Alcaraz Hermosillo sobrevivió tras haber sido contagiado de COVID-19 durante su labor. Igualmente fue el segundo paciente en ser extubado con vida del Hospital General Regional 1 Dr. Carlos Mac Gregor Sanchez Navarro. “Como todos los doctores en el cumplimiento de mi deber, me infectó de COVID-19 una paciente de parto”. 

Fue una experiencia que repercutió no solo en él sino en todo su circulo familiar, pues todos los miembros de la familia dependen economicamente de él. “Llegué al Hospital con una saturación de 75% y ya no salí”. Una de sus mayores preocupaciones era Lucero, su esposa, a la vez sus hijos “Lo único en lo que recapacitas es que puedes estar muy cerca de la muerte y piensas como es que tu muerte puede afectar a tu familia”. 

 

La otra cara de la moneda 

Lucero Marisela Tepos Perez, médico que actualmente no ejerce, madre de familia y esposa del Dr. José Manuel Alcaraz Hermosillo que cuenta esta, como una de las peores experiencias, si no es que la peor experiencia de su vida, pues fue ella quien a pesar de estar infectada de COVID-19 se hizo cargo de su familia y de estar al pendiente de su esposo. Días después de que Manuel entrara al hospital, ella y su hijo Manolo se infectaron. 

 Lucero recalca que tenía mucho miedo, no quería que nadie de su familia se infectara, pero ella sabía que la probabilidad de que se contagiaran era alta, “Tanto que le sacábamos y nos tocó, no pensábamos que se iba a poner así la cosa.” Una de sus angustias era llegar a un hospital, pues tu inmunidad puede ser tu amiga o tu enemiga, más cuando se saben las complicaciones que se presentan conforme va evolucionando la enfermedad. 

 

De pronto se sentía como una serie de eventos desafortunados, pues ella recuerda y menciona lo que quedó grabado en su mente; Uno de los recuerdos más fuertes es cuando te reciben los doctores, “te dicen que el paciente se tiene que quedar, ahí sientes que tu mundo se cae”. El miedo es que dejas al paciente y no sabes que va a pasar con el, solo puedes hablar por teléfono y quizá por correo, ya sabíamos que a la 1 p.m. nos daban el reporte, pero habían días en los que daban las 3 de la tarde y no sabíamos si había amanecido o no.  

“A mí que me choca dormirme con el teléfono al lado, me tenía que dormir con el, porque te decían, que si recibías una llamada en la noche era porque el paciente se puso grave, son horas en las que se puede complicar y morir.” Los 20 días después de que salió del hospital fueron igual de estresantes, sobre todo porque ocurrió lo inesperado, pues en esos días su hijo Manolo entró al quirófano por apendicitis. 

 

 Ella considera que a pesar de los eventos ocurridos se ha mantenido mentalmente estable, pero también menciona que hubo momentos en los que no sabía ni para donde ir, estuvo sometida a altos niveles de estrés, enojo, presión, pérdida del apetito, preocupación, etc. “Vives con miedo, es una experiencia estresante, sobre todo cuando de manera constante te recuerdan que el paciente se encuentra en riesgo de morir.” 

 

La doctora hace un llamado a la gente para que se sigan cuidando, pues no sabemos cómo se va a comportar el virus en cada uno de los individuos, hay que estar conscientes de que no tenemos un parámetro establecido para todos los pacientes, "no hay ningún protocolo que te diga que te vas a morir o que vas a vivir".

 Por ahora debemos esperar y ver si la vacuna que están por sacar no tiene alguna consecuencia, porque al final del día es una vacuna que se hizo muy rápido, hay muchas cosas que debemos tomar en cuenta. El tema del COVID-19 aún sigue en investigación y hay muchas cosas que desconocemos. 

 

Durante este periodo de tiempo, sentimientos como el estrés, la incertidumbre, la preocupación, el temor, entre otros, se hacen cada vez más presentes, pues nos encontramos ante una situación de crisis y cambios a causa de la pandemia por COVID-19. Virus que sigue ejerciendo una enorme presión hacía los sistemas socioeconómicos y de salud. Existe una preocupación por no contraerlo, pero de manera simultánea hay que tener presente las repercusiones que pueden existir en nuestra salud mental, a corto y largo plazo. 


Actualmente, la OPS/OMS apoyan el bienestar general durante esta pandemia para todo aquel que requiera el apoyo adicional, asimismo existen documentos de consulta acerca del tema. Uno de los aspectos más importantes es el cuidado de la salud mental del personal sanitario, junto con el de sus familiares y gente cercana. Esto, porque la cantidad de estrés al que se someten antes, después y durante su tiempo de trabajo es intenso y prolongado. Hasta ahora las medidas que hemos tenido que tomar, involucran distanciamiento social. Así como existen historias de éxito existen otras que desafortunadamente terminan como menos queremos y la historia de Monse fue una de ellas. 

 

Cuando los planes cambian 

Montserrat Rodríguez Guevara, enfermera especialista intensivista. 

“Mi novio y yo enfermamos por COVID-19, vivimos el proceso de la enfermedad, pero lo que no sabía, era que todo estaba por cambiar, pues él ya no está en mi vida.”

 Cuando enfermé me alejé de familiares y amigos, a pesar de que no lo entendían fue lo mejor. Lo único que quería, era hablar y abrazarlos, pero no podía, teníamos que estar en contacto de otras formas, teléfono, whatsapp, video llamada. Monse me platicó un poco de cómo vivió esta experiencia, pues menciona que de por sí estar enfermo es difícil, a ella le atormentaba el hecho de saber que su novio se pudo haber salvado. “Te afecta tanto la soledad, al grado que 22 días no conciliaba el sueño, manejaba sin razón y estuve a punto de exponerme, ahora que recuerdo, solo comía por comer, me alejé de las personas.” Monse, al igual que el doctor Mario, coincide en que todos nos encontramos igual de vulnerables ante esta situación. “si te da la enfermedad pasas los mismos síntomas y te cuidan igual que al resto de los pacientes, dependiendo de la gravedad de la enfermedad”. 

 

Ella menciona que lo más difícil de enfermar son los síntomas, pues no hay alguna cura, el aislamiento para no contagiar a los demás puede llegar a ser complicado, “enfrentar esto sola es difícil ya que solo pensaba en el momento que me pondría mal”. 


Actualmente se dedica a tratar pacientes COVID, ella se salvó, por ende, quiere ayudar a otros a pasar esta enfermedad. “Trato de ser empática con los pacientes y dar lo mejor de mí para ellos, ver su recuperación y que después de estar días en el hospital al borde de la muerte recuerden tu nombre, tu voz… Es algo que me da orgullo, haber estado ahí en su recuperación.”

Tanto Monse como Lucero requirieron ayuda psicológica para poder superar los eventos vividos. 

 

Un grito de auxilio 

Dr. Mario Alberto Delgado Andrade. Psicólogo Clínico con Maestría en Psicofarmacología Psiquiátrica. Egresado de la UNAM en licenciatura y en la Univ. de Strathclyde en Escocia, Reino Unido.


Recordemos que la psicología es utilizada en muchos campos que resultan ser altamente benéficos para el ser humano. Actualmente se le brinda más reconocimiento, pues hace unos 30 años la gente ni siquiera sabía para qué era un psicólogo, hay un poco más de conocimiento respecto al tema. Pero la realidad es que no nos dicen que es igual de importante que nuestra salud física y que debemos recurrir a un especialista no cuando el problema sea muy evidente, sino que debemos hacerlo de manera preventiva como en otras áreas de nuestra salud. 


A causa de la pandemia, muchas cosas han cambiado, el horario, el estrés, el miedo que se genera de manera constante, lo que puede dar pie a otros trastornos mentales que son significativamente importantes. Resulta ser que todos como población nos encontramos igual de vulnerables ante esta situación, en el caso de los familiares del sector salud, si hay un mayor riesgo de estar expuestos al virus, pero todos somos igual de susceptibles.  El doctor recalcó lo importante que es el confinamiento, porque de no ser así pondríamos en riesgo nuestra vida, según lo que él menciona es que en cuestión de perspectiva, un padecimiento psicológico tiene tratamiento, comparado con estar en un hospital. 


Si es que todo va bien, para mediados del próximo año tendremos acceso a la vacuna, pero mientras tanto los seres humanos podemos lograr adaptarnos a este estilo de vida en el que nos encontramos más tiempo en nuestra casa y menos en la calle, salir a lo esencial, pues anteriormente era todo lo contrario. Los humanos somos seres sociales, es igual de necesario ver a alguien como cualquier otra actividad vital. Por ahora podemos adaptarnos y tener en cuenta que no solo ponemos en riesgo la vida de los demás, sino que también la nuestra. 

 

 No es el fin 

Cuando comencé con este reportaje, esperaba respuestas como que los familiares del personal de salud están mayormente expuestos a este tipo de situaciones, pero la realidad es distinta, tanto tú como yo podemos enfrentar cara a cara lo que Monse, Manuel o Lucero experimentaron. Son eventos inesperados, sucesos que nos marcan de por vida, pero no tenemos que esperar a que ocurra lo peor. 


La mayoría de veces no le prestamos la suficiente atención nuestra salud mental, ahora más que nunca, es momento de hacernos consientes y tener en cuenta que, así como cuidamos del resto de nuestro cuerpo, nuestra mente es igual de importante. Más ahoraque los tiempos son complicados y nos hemos tenido que enfrentar a muchas situaciones difíciles. Tanto familiares del personal que trabaja en sector salud como el resto de la población nos hemos visto afectados por esta pandemia. Es normal no tener certeza de lo que está por ocurrir, pero no por eso debemos descuidar nuestra salud física, mental y emocional.

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