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miércoles, 12 de mayo de 2021

Ser doctor ¡en medio del apocalipsis!

 






¿Te imaginas que estuvieras arriesgando tu vida y la de tu familia, por el simple hecho de salir a estudiar o a trabajar? Esta es la realidad que viven millones de estudiantes y profesionales de la salud.

La tecnología ha permitido que la mayoría de estudiantes muchos trabajadores, puedan realizar sus labores de forma remota, por medio de video llamadas y diversas herramientas virtuales. De esta forma, permaneciendo en casa sin ningún tipo de riesgo de contagio ante el virus de la covid-19.

Sin embargo, el ámbito de la salud nunca puede parar, un hospital no puede dejar de funcionar y ningún tipo de médico puede realmente realizar consultas en línea de manera efectiva. Los estudiantes y profesionales de la salud se han visto forzados a continuar con sus labores, las cuales son de alto riesgo por el constante contacto con decenas de pacientes que podrían ser portadores del virus.

En esta ocasión tuve el privilegio de entrevistar a dos estudiantes inmersos en el mundo de la salud, acerca de su experiencia estudiando y laborando como doctores en medio de una de las peores crisis sanitarias que hemos vivido.

 Adrían Ocaranza Sentíes es un joven de 24 años, estudiante de décimo semestre de medicina en La facultad de medicina de la Universidad La Salle, en San Luis Potosí. Guillermo Andere Gómez de 23 años, es un estudiante de odontología prácticamente titulado, por parte de la Universidad Latinoamericana, en Cuernavaca Morelos.

Estas han sido sus experiencias.

En la medicina

Adrián se encuentra realizando su internado, una etapa en la licenciatura de medicina en donde el estudiante labora en y toma clases en distintos hospitales, tratando directamente con los pacientes.

En un contexto normal, Adrián tendría que asistir al hospital de lunes a viernes, con una guardia nocturna cada cuatro días. Debido a la situación de emergencia sanitaria la dinámica dentro de su carrera ha cambiado mucho. Ahora solamente tiene que asistir a hacer guardia al hospital cada 4 días, teniendo clases virtuales el resto de la semana.

 Sin embargo, hay un pequeño detalle, el IMSS donde Adrián realiza su internado es un hospital covid, por lo que cada vez que hace guardia, está expuesto al virus. Si bien Adrían no labora dentro de la zona covid, diariamente convive con pacientes que podrían estar contagiados. En repetidas ocasiones ha estado en contacto con pacientes y compañeros infectados, afortunadamente él se ha mantenido sano, pero el peligro inminente se ha convertido en su día a día.

Si la situación no es buena del todo, las condiciones de los hospitales públicos no ayudan, de hecho, son perjudiciales. La mayoría de hospitales del IMSS tienen instalaciones viejas, espacios reducidos y sin ventilación de calidad, una combinación que potencia el riesgo de contagio. Pero laborar en el IMSS tiene sus beneficios, a diferencia de muchos médicos privados, Adrián y los médicos estudiantes de su hospital ya han sido vacunados contra la covid, algunos de manera más informal que otros, pero ahora están protegidos.

Es por esto que probablemente muy pronto los médicos en internado o servicio social vuelvan a sus labores normales de lunes a viernes, ya inmunizados.

Uno de los retos más difíciles para los estudiantes en este contexto, es la repercusión emocional que ha habido en ellos. Una constante ansiedad y paranoia debido al peligro invisible que podría estar flotando por los pasillos del hospital, los ha obligado a adaptarse a la situación y a aceptar que el covid está para quedarse.

A pesar de toda la presión y el agotamiento, Adrían considera que todo ha valido la pena: “es muy bonito y gratificante ver cuando la gente se va del hospital y te agradece”.

 

En la odontología

En el caso de Guillermo Andere Gómez las cosas han sido algo distintas, pero igualmente interesantes. Cuando la pandemia azotó al mundo, Guillermo se encontraba cursando los últimos 3 meses de la carrera, por lo que el cambio a clases virtuales prácticamente no le afectó le afectó en absoluto académicamente hablando. Ahora imaginemos a un odontólogo de tercer semestre, cuya práctica en la carrera ha sido prácticamente nula y necesita adquirir experiencia por medio de práctica en pacientes, ¿qué pasará con ellos?

El conocimiento y la experiencia en la odontología se obtiene prácticamente solo experimentando y practicando en pacientes, es un hecho que las generaciones jóvenes en la carrera de odontología tendrán que ser sobresalientes y luchar hasta que logremos superar esta ola pandémica.

Hace aproximadamente 9 meses Guillermo abrió su consultorio como pasante en el hospital militar de la SEDENA, pues se encuentra realizando su servicio social. En los primeros meses de su llegada, el hospital era covid, por lo que vivía un constante miedo de contagiarse y se “sanitizaba hasta las pestañas” al llegar a casa. Fue así como poco a poco Guillermo ha recuperado la confianza y ha seguido adelante con su trabajo, respetando las medidas de sanidad como el uso de cubre bocas y otras barreras, toma de temperatura, sanitización y demás.

El hospital donde labora ya no es covid, sin embargo, cuando lo fue, Guillermo y todo el personal dentro del hospital, estuvieron expuestos día con día. Afortunadamente los pasantes de ese hospital ya han sido vacunados, permitiéndoles atender hasta 10 pacientes al día de forma menos riesgosa, pero el riesgo siempre estará ahí.

Actualmente la SEDENA está utilizando a los pasantes para el esquema de vacunación, por lo que Guillermo también está trabajando en la aplicación de las vacunas a la población. Al preguntarle si no le generaba miedo, recibí una muy buena respuesta: “Si yo viviera con ese pensamiento Héctor, no podría trabajar, sabes cuantos pacientes veo al día? Veo 10, y ahorita en la vacunación estoy en contacto directo con 800 personas”.

Sin duda estudiar cualquier tipo de medicina en el 2021 representa un enorme reto para cualquier persona, nos vimos envueltos por un virus que probablemente se quede para siempre y la única opción sea aprender a vivir de esta forma. Las futuras generaciones se adaptarán poco a poco.

Ambos estudiantes, tanto el médico como el odontólogo, me dejaron pensando bastante, ya que a pesar de dedicarse a estudiar y próximamente a ejercer carreras diferentes con riesgos diferentes, los dos llegaron a la misma conclusión. Cualquier persona que se dedique a ejercer o estudiar en el área de salud, sea cual sea su trabajo, están en un riesgo mayor ante la pandemia que la población normal.

Es absolutamente necesario que no solamente se vacune al personal médico público, los estudiantes y médicos privados son igual de vulnerables al virus, ellos son el motor del país en este momento, deberían ser tratados como tal. Cuidémoslos a ellos, cuidándonos a nosotros.

 

 

 

 

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