Palacio de Dioses

Una enorme estructura hecha de mármoles, acero y vitrales. Un palacio donde el arte inunda hasta el último de los rincones. Una máquina del tiempo donde convives con grandes pintores, a través de sus murales y grandes acontecimientos que nos identifican con el pueblo mexicano.

Del otro lado de la acera, comienzo a apreciar la enorme estructura de aquel Palacio, inmenso e imponente. Me voy acercando y la sombra de dicha construcción de 52 metros de alto abarca cada vez más espacio del suelo a su alrededor.

La gente viene y va, caminan, fotografían, hablan o simplemente pasan el rato por ahí, pareciera que inclusive han dejado de notar la maravilla arquitectónica detrás de ellos.

En la entrada se encuentran una serie de vigas que me transportan a la antigua Grecia, me recuerdan a aquellas películas y relatos de enormes templos, poderosos Dioses y un aire artístico en el corazón de todos. Al cruzar la puerta ésta sensación aumenta. Me veo rodeada de enormes muros, pisos brillantes y suaves.

 La temperatura es más baja que en el exterior de aquel lugar, puede que se deba al mármol del cual está hecho. Arte aquí, arte allá, a dónde sea que mires, lo que sea que sientas te remite al arte. Miro hacia arriba y en lo más alto de aquel techo encuentro una cúpula; vitrales emplomados del Dios Apolo.
Sin duda alguna es un palacio digno de competir con cualquier otro de su categoría en Europa o en Oriente. Las paredes parecieran desprender la dulce melodía del himno nacional en un tenue volumen que se expande a través del bullicio de la gente.
Un laberinto de puertas, escaleras, subidas y bajadas te llevan a distintos salones donde se exponen diferentes muestras de arte; ya sea pintura, escultura, teatro,música o cualquier otro.

Pero no todo lo que está ahí, visible, es lo que hace a Bellas Artes; el camino de cada compañía de danza, cada elenco teatral, cada músico que ha recorrido aquellos pasillos y se ha adueñado de aquel escenario, esa es la magia. Por eso Bellas Artes es un Palacio digno de los Dioses, por eso, es un Palacio digno de los mexicanos.