Con un espíritu incansable, Jesús Carreón Segovia nos cuenta sobre las distintas profesiones que ha tenido y sobre cómo es empezar un medio de comunicación desde cero.
Jesús Carreón Segovia fundó Radio Numancia, estación de radio por internet, y a lo largo de su vida se ha dedicado a diversas áreas en la comunicación. Es fotógrafo profesional, ha tenido una imprenta, ha participado en producciones de radio, televisión y actualmente maneja la comunicación interna y externa del partido Morena en el estado queretano.
En esta ocasión nos cuenta sobre su formación académica y un poco sobre el desarrollo y crecimiento de Radio Numancia.
¿Dónde naciste?
Nazco el 27 de Febrero de 1971 en el IMSS. en la ciudad de Querétaro. Mi mamá era primipera. Es un término que se usa para decir cuando vas a tener a tu primer hijo. A veces, las mujeres se ponen muy nerviosas y se asustan, y quieren ir al medico diario. Entonces iba a nacer en un hospital que se llamaba Margarita, estaba en el Jardín Guerrero, muy céntrico. Pero mi mama decidió que tenia que ver a un medico, y el suyo no estaba. Se fue del margarita hacia el Seguro Social, ahí le dijeron que ya no podía salir y ahí nací, con cierta prisa.
¿Dónde creciste?
Mis amados padres no eran compatibles, se divorciaron y duró 11 años el divorcio. En esos once años regresaban y se separaban, regresaban y se separaban, lo cual hizo que mi hermano y yo, Juan es mas chico que yo por 10 meses, estuviéramos en veintiséis primarias.
Estuve aquí en Querétaro, en el DF y Michoacán. 26 primarias para seis años. O sea que conocí todos los tipos educativos hasta el momento. Hubo de todo, fue muy interesante y divertido, por ejemplo en Querétaro estuve en la que me digas, fui al Fray Luis de León, al Saleciano, al San Javier, a la yeye, a todas, estuve en todas.
¿Cómo es estar en escuelas católicas siendo una personas no creyente?
Lo que pasa es que mi papá es intensamente creyente, católico, mi mamá es intensamente creyente, católica. Mi padre es un católico de ultra derecha y mi madre de ultra izquierda, entonces la combinación fue muy interesante y no fue fácil.
Fue más difícil el problema ideológico a la hora de la comida, que en cuanto a escuelas. Por ejemplo, iba con mi abuela todos los días, los domingos, sobretodo, íbamos a misa en Félix de Jesús Rougier, que está en la calle de Madero, frente al Sanborns de los azulejos. Cuando no abría, que era muy seguido, nos íbamos a la sinagoga que está a cuatro edificios y porque Dios es Dios, decía mi abuela, es lo mismo pero con diferente saborcito, diferente tema nada más.
Fue una época interesante la primaria, viví la mayor parte del tiempo con mis abuelos.
Yo regreso a Querétaro en segundo o primero de secundaria. Llego un mes antes del temblor del 85 y la ciudad era otro Querétaro. Cuando yo llego, aún cuando yo era queretano, era el único chilango de 43 en mi salón. Pasando el temblor, el cambio fue drástico y yo era el único queretano de los 43 del salón que me tocaron.
¿Fue muy notorio el cambio en la ciudad a la llegada de todas estas personas del DF?
Antes vivía en Independencia y Pasteur, centro, centro. Me iba caminando al Saleciano que está en Zaragoza frente a los bomberos, estamos hablando de 8 cuadras. Iba y regresaba. Si me metía por Madero, por ejemplo, te podía saludar por nombre y apellido a cada casa, además las casas estaban abiertas, eso fue cuando llegué. Al otro año las casas estaban cerradas y ya no conocías a nadie.
Del 19 de sept al otro año ya había cambiado.
Yo soy del barrio del tepetate, ahí por la arena qro, en la españa. Ahí vive mi madre todavía, mi hermano.
¿Dónde terminas tus estudios?
Me voy a estudiar artes gráficas en Santa Rosa de Viterbo, entro ahí y y no acabo, me voy a artes visuales a la Uaq, no acabo. Hago un buen rato ahí y de ahí me tomo un año sabático, más dominguero que sabático y entro a estudiar ciencias políticas. Ahí me quedo un buen rato hasta que nace mi hija Luisa.
Entonces yo tenía una imprenta y una esposa con hija y una chambota, entonces dejo la escuela y años después, no muchos pero tampoco tan pocos, la retomo y termino en la UNAM. En ese inter, hice cuatro años de box y me divertí mucho.
Después hice radio. Nuestro primer programa se llamó la voz de los jóvenes. Como llegamos sin guion y era en el Cerro de las Campanas, entonces se nos ocurrió hacer el asesinato de Maximiliano y Miramón y Mejía, en vivo; ya sabrás, éramos como el chiste de los 4 idiotas, todo era improvisado. Hacías lo que podías.
Eso es básicamente mi formación académica. Soy mas autodidacta de lo que parezco. También me dió una temporada de leer mucho, y la gente con la que me juntaba era muy lectora. Ahí conocí mucha gente erudita que me hizo el favor de enseñarme uno que otro autor y de darme otro punto de vista. Pero tampoco fui rata de biblioteca, no te dejan fumar ahí.
¿Cómo es crear tu propio medio de comunicación y qué te motivó a seguir?
Hace 7 años, estoy haciendo una entrevista con el súper policía de México, y me enojo con él, se enoja conmigo y me cortan el programa. Él era Genaro García Luna. Me corren de la estación y decido que ya no quiero más estaciones, que voy a poner la mía. Acababa de ver un programa en YouTube que se llamaba Rompeviento y me encantó.
Frauke, mi esposa, y yo dijimos vamos a hacer nuestra estación de radio, vamos a hacerla cultural, no política, para ya no meternos en más problemas. Llegamos a la casa, sacamos la computadora y empezamos a buscar tutoriales y cómo se podría hacer. El cuarto de servicio lo hicimos cabina y empezamos a averiguar cómo se conectaban, qué necesitábamos y a conseguirlo.
Era radio, pero la intención era que fuera radio solamente, pero no es radio abierta y para conseguir audiencia era un drama. Empezamos con el primer programa, que fue de jazz, se llamaba el lado oscuro de la calle o algo así, en inglés.
Luego resulta que teníamos muy buena audiencia en Vietnam, San Francisco, y en algunas zonas del DF y después llegó el boom del Facebook, de la imagen. Nos costó trabajo y hacíamos muy pocos programas, los hacíamos todos nosotros.
Ya llevamos 6 años, en los que no hemos dejado de transmitir más de 10, 15 días.
¿De qué vivimos? De todo lo demás. Aquí no entra un peso nunca.
Un día llegó un joven encantador y se le ocurrió que podríamos pedir un apoyo a los que hacían su programa. Teníamos 37 programas y cuando le pedimos la lana, que fueron $500 mensuales, $125 por programa, a cada una de las personas que hacían programas. Terminamos pasando de 37 programas a solo siete.
Radio Numancia se ha ido transformando cada día más en una radio política. Ahora hacemos 32 programas a la semana, de lunes a sábado. Los lunes hago un programa que se llama sin conservadores. Hoy tengo una entrevista con la diputada Fabiola Larrondo y con otra del PRI.
Pasado mañana tengo una entrevista con un diputado del PAN y a diferencia de lo que acostumbro hacer, que tú conoces muy bien, me voy a volver mudo. No voy a rebatirles muy duro, no me les voy a ir a la yugular, los voy a dejar que hablen, quiero ser plural, que digan lo que tienen que decir, y ya en lo privado criticamos todo lo que se me dé la gana, pero ahora vamos a ver qué tienen que decir.
La intención es que la gente que tiene algo que decir encuentre a la gente que quiere escuchar, porque todos tenemos un mensaje.
Aquí hay programas de igual de perros, que de superación personal, una chava encantadora desde Texas, que habla del karma el Dharma y los chakras, hay de todo.
Había una amiga que hace yoga; ahora vamos a empezar un programa de sexualidad con una chava de mi edad, va a estar interesantísimo ese tipo de cuento.
Pero si nos preguntan a qué nos dedicamos, pues hacemos radio, si nos preguntan de qué vivimos es otro asunto, es otra cosa completamente. Pero eso hacemos, y ya ni radio es, Carlos. No sé que es. Porque estás de acuerdo que no es televisión.
Claro, tampoco es radio porque no estás en radio frecuencia…
Yo creo que por primera vez sí es un medio de comunicación, porque antes no lo eran. Eran medios de transmisión de datos. El emisor emitía su mensaje, pero el receptor no tenía la posibilidad de contestarle. Ahorita sí son medios de comunicación, porque le puedes mentar la madre al locutor si quieres y es activo desde el momento que te permite ponerle me gusta, no me gusta, me divierte. Cuando prendes la tele no hay ninguna posibilidad de explicarle al de National Geographic qué padre está o al cómico qué flojera te da. Acá hay por lo menos esa comunicación, puedes rápidamente saber de la estupidez que dije ayer y qué repercusiones tiene. Cuando menos, desde ese momento, me han dicho dos piropos: que estaba como para dormir, cosa que agradecí enormemente, hasta me dolió. La segunda, me compararon con un comunicador argentino, que debe ser muy interesante, buena persona y muy guapo, al cual no tengo el gusto de conocer.
Mi experiencia anterior también había sido radio, había sido la producción en TV, cosas muy separada. Esto (Radio Numancia) es muy interesante. Esto es, por ejemplo, lo que le permite a un gobierno, como el mexicano, seguir adelante. Esto es lo que permite a gente que no conocías ayer ser conocidísima mañana, esto es darte cuenta de qué necesidades tiene la gente y que ve realmente en la tele.
Por ejemplo si pones a Borges, ves que desde hace 10 años tiene 12,800 vistas con tiene diez años ahí, pero ves a la niña que se pone el bikini chiquitito que lo subió hace dos horas y tiene veinte veces más que Borges. Entonces, ver cuales son las básicas y, siguen siendo las mismas básicas de los últimos 2500 años, no ha cambiado tanto, pero es interesantísimo, yo me divierto enormemente, así va este asunto.
Un consejo para los futuros egresados de la carrera de comunicación:
No sigan consejos. Nadie sabe nada, y esto cambia diario, entonces, a menos que estés enamorado de comunicar, cambia de carrera.
Si no te encanta hacer lo que haces, quiere decir que no has buscado bien qué otra cosa hacer. En la última etapa de trabajo han sido seis años y no hemos recibido ni un peso. Mi familia dice que estoy loco, mi suegra, pues ya sabrán. Ese es el único consejo que les puedo dar y ojalá lo escuchen porque la gente que sirve para ingeniero y se mete de arquitecto va a ser infeliz toda su vida.
En comunicación yo creo que hay dos cosas: hay que estar casado con tu verdad, y no entrar en asuntos de “yo creo porque mi abuelito me dijo”.
Hay que revisar lo que uno va a decir y encontrar que hay versiones de todo, pero uno tiene la obligación de estar casado con la de uno mismo, claro, dentro de la mayor cantidad de inteligencia posible. Y ser inamovible. Aquí no hay más que de una y es esto lo que digo y lo sostengo, pase lo que pase. Ese es el único consejo que les puedo dar, que espero que sea el peor consejo que han recibido.
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