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lunes, 2 de diciembre de 2019

Ya no más invisibilidad






El trabajo es el trabajo, al igual que respetar cada uno de ellos. Los trabajadores domésticos ya
tienen una ley que los respalde.

El oficio de la trabajadora y el trabajador doméstico se remonta al menos a la época colonial y puede decirse que constituye uno más entre los muchos legados de la herencia hispana. En ese entonces, servir a un patrón o empleador en la reproducción de la vida doméstica se pagaba, la mayoría de las veces, con techo y alimentación. El grado de control en diversos aspectos (movilidad, alimentación, ingresos, atuendo) del amo sobre el sirviente y la dosis de tensión de dicho control, sólo puede ejercerse con un buen discurso ideológico que justifique la dominación.

Durante siglos el apoyo doméstico ha sido considerado de poca importancia, debido a que no se compara con los demás trabajos mejor remunerados. Actividades realizadas en entornos discriminatorios y desarrollado de manera principal por las mujeres. Algunos de los servicios que desarrollan son: mantenimiento, aseo, apoyo y asistencia en el hogar. Ellos no producen mercancía, pero sí desempeñan una gran cantidad de funciones indispensables para satisfacer las necesidades familiares. 

Muchos trabajadores viven con un trabajo mal pagado, no se les otorga un salario y  muchas de las familias ven estas tareas como una obligación. No se reconoce el esfuerzo y dedicación de mantener en buenas condiciones un hogar, provocando que sea una actividad invisible para algunos. Un problema al que se enfrentan miles de personas que cumplen con su jornada laboral sin recibir el trato adecuado.

¿El inicio de un cambio?
En 2018 el director de cine, Alfonso Cuarón, regresó a México para contarnos una historia personal y compartirla en la pantalla grande. Roma, nos relata la historia de Cleo, una trabajadora doméstica de una familia de la clase media de la colonia Roma de la Ciudad de México. En ella vemos los conflictos laborales junto a la jerarquía social en los años setenta, mostrando a la sociedad mexicana y la violencia que se vivía en el país. 

El protagonismo de una mujer indígena, quien levanta la voz a todos aquellos que viven la realidad de realizar un trabajo sin el debido reconocimiento que se merece. Nos habla de un fenómeno social en nuestro país y como poner atención a un sector de la población que ha sido marginado por décadas. 

“No siempre hay días buenos, alguna vez me pasó que enfermé y pues uno que está enfermo se siente muy mal, la señora con la que trabajaba se enojó cuando le avisé que faltaría y si molesta que no puedan entender que no siempre se pueden hacer las cosas.”

María Inés Ramírez, mejor conocida como Mary es una trabajadora del hogar,  durante su vida ha pasado entre varias casas, con buenas y malas experiencias. 

“Trabajaba para la señora Karla, nunca tuve problemas con ella y aunque no fue la mejor experiencia me ayudaron cuando su perro me mordio la oreja. Me llevaron al Hospital San José cerca de su casa y pues me pagaron todo”.

“¿Conoce la ley de trabajo y seguro social para los trabajadores domésticos?”. 

La película abrió una puerta para todas aquellas personas, quienes no eran tomadas en cuenta, para formar parte de la ley de trabajadores en México.  ¿En realidad todos conocen o se interesan por esta ley?

“Alguna vez la escuche, pero la verdad no se de que se trata”. 

Vale la pena esforzarse para que los derechos se cumplan, si claro que si, los empleados deben de ser los primeros en reclamar lo que está escrito y conocer los requisitos para cualquier empleo. 

“Hace 33 años que trabajo en eso, no siempre se me han dado buenos tratos, pero también hay gente que respeta con o sin ley así que no me quejo. Cada día hago lo mismo, me tardo dos horas en llegar a las casas, casi siempre trabajo entre siete y ocho horas, para hacer otras dos para llegar a mi casa. Cuando puedo ayudo a mi hija a vender cosas de su catálogo a las señoras con las que trabajo y así pues entra más dinero a la casa”. 

Una nueva promesa
Falta de contrato laboral, bajos salarios, horarios extensos son algunos de las infracciones a los derechos laborales. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), el total de trabajadores domésticos en México son de 2 millones 376 mil 506, quienes el 97% trabajan de forma informal, el 24% tienen un trabajo formal y el 0.73% no tienen salario.  
La creación de la Ley de Trabajo y Seguro Social,  garantiza el derecho a más de 2 millones de mujeres y hombres que desempeñan actividades del hogar, tengan acceso a un seguro social, contratos, vacaciones, aguinaldo y prestaciones. Al igual asegurarse que ningún menor a 15 años realice este trabajo y delimitarlas las horas del trabajo a seis horas por día para adolescentes de mayor edad. 
Es indispensable conocer que les corresponde por derecho:
  • La inscripción ante el IMSS.
  • Recibir el trato adecuado.
  • Descanso semanal de un día y medio como mínimo.
  • Condiciones que aseguren la vida y salud.
Para todos aquellos empleadores tienen que cumplir con obligaciones especiales ante la ley de trabajo:
  • Abstenerse de todo mal trato de palabra o de acción.
  • Proporcionar al trabajador una habitación cómoda e higiénica, alimentación sana, suficiente y condiciones de trabajo dignas.
  • El patrón debe cooperar para la instrucción del trabajador del hogar.
  • Inscribir a los empleados al IMSS y pagar las cuotas conforme a las normas.
El trabajador debe establecer un contrato por escrito, de conformidad que incluya:
  • Nombres del empleador y el trabajador doméstico.
  • Dirección del lugar de trabajo.
  • Fecha de inicio de contrato y, cuando se establezca un periodo de duración. 
  • El tipo de trabajo a realizar.
  • La remuneración y la frecuencia de los pagos. 
  • Horas de trabajo.
  • Las vacaciones anuales pagadas y periodos de descanso semanales. 
  • Suministro de alimento y alojamiento; cuando sea necesario.
  • Las condiciones a la terminación del trabajo.
  • Las herramientas de trabajo brindadas para la realización de tareas.

Como decirle adiós a los malos tratos
“Privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad”  
                                                                                                                                                         -Nelson Mandela-

Se ha visto un cambio histórico a través de los años, se reconocen las tareas de los trabajadores domésticos, pero hace falta el cumplimento de la ley de manera justa lo que a cada quien le corresponde. Muchas veces se presenta el miedo a levantar la voz para reclamar nuestros derechos, pero con la existencia de una legislación que respalde el trabajo ya no da entrada a ninguna injusticia laboral. 

El Licenciado en Derecho, Mauricio Gálvez Cirerol, especializado en el campo laboral nos cuenta qué hacer cuando un trabajador doméstico recibe la cancelación de las relaciones del trabajo.  “En el artículo 341 de la Ley Federal del Trabajo declara que cualquier despido injustificado de los trabajadores del hogar, por violencia o discriminación; la indemnización será de acuerdo a la relación de trabajo por tiempo determinado menor a un año, la cantidad será igual al costo de los salarios de la mitad del tiempo de los servicios brindados. Por un año el importe será de los seis meses de labor y de veinte días por cada año siguiente que prestara los servicios”. 

¿Cuándo puede darse por terminada la relación de trabajo? 
Como todo trabajador del hogar puede darla por terminada en cualquier momento, siempre y cuando de aviso al empleador ocho días de anticipación”. El patrón también puede dar por terminada la relación en un lapso de treinta días siguientes al inicio del trabajo sin necesidad de comprobar la causa o en cualquier tiempo “Claro, pagando la indemnización establecida por la ley”.

Los derechos pueden estar escritos, pero se debe estar informados de quién establece el salario. “La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI), es la que se encarga de fijar los salarios que se deben pagar a los empleados, en este caso el monto mínimo para trabajadores domésticos será de 248.72 pesos diarios, iniciando el 1 de enero de 2020”. 

“Sí hay diferencia a cómo nos trataban antes, pensaban las personas que tenían derecho sobre nosotras, pero ahora es más fácil decir que no cuando no estoy de acuerdo con algún mal trato”.  Mary comentó como en su trayecto laboral las altas y bajas no faltan, pero no permite ningún tipo de abuso o falta de respeto.

Uno siempre se para del otro lado de la moneda, podemos imaginar la vida que estas personas enfrentan día con día, pero no podemos sentir la impotencia de ver cómo todo tu trabajo es devaluado como forma de llevar la vida. Como empleador debemos afrontar la evolución del trabajo y tomar en cuenta que debemos cumplir con las obligaciones correspondientes, como también solicitar un buen servicio. 

Sirviente, muchacho o muchacha, criados son algunos nombres que se les asigna, pero eso quedó en el ayer. El legado de nuestra herencia hispana a reproducir el mismo modelo de patrón y empleador ya no justifica ningún tipo de control. La ley mostró su lado justo ante el trabajo que desempeñan las personas en la tarea del hogar; garantizando el acceso a la seguridad social con el fin de equilibrar la balanza ante el resto de las y los trabajadores. La norma ya está escrita pero realizarla en su forma más honesta depende de cada trabajador del hogar que se alce por hacer valer sus derechos y su identidad.

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