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miércoles, 12 de mayo de 2021

Perrhijos: La preocupante tendencia que va en aumento






Encuentro algo realmente positivo dentro de la nueva tendencia que ha surgido en los últimos años a la que se le ha nombrado como: ¨perrhijos¨. Y es la capacidad de entrega y de amor por parte de los humanos hacia una de las especies que más fieles nos han sido desde tiempos lejanos. Me da gusto observar que cada vez son más las personas que adoptan a los perros, no como mascotas, sino más como integrantes de sus familias, que son procurados manera casi excesiva pero siempre cariñosa. Mientras más minutos invierto pensando en cuales podrían estar siendo las consecuencias de este fenómeno, en la psicología tanto de las personas como de las mismas mascotas, más considero en que es un tema que tiene que discutirse y sobre todo tomarse con seriedad.

Para el lector que no este familiarizado con lo que un ¨perrhijo¨ signifique, se trata de una tendencia que va en aumento y que surge debido a un cambio dentro del concepto de la ¨familia convencional¨. Es importante mencionar que cada vez son más las parejas que postergan el nacimiento de los hijos debido a la búsqueda de cumplir metas personales y de pareja, lo que deja a un lado la idea de formar una familia. Es en este contexto en donde las mascotas, comúnmente los perros, son los que vienen a sustituir el papel de un bebé, qué su cuidado y atención requieren de cierta responsabilidad, pero que sin embargo es poco lo que se puede comparar ante las responsabilidades y necesidades que requiere un bebé humano.

En cuanto a el origen de la palabra ¨perrhijos¨, se adhirió a nuestro vocabulario por primera vez en aquí en nuestro país (México) en el ya lejano 2011.

La idea era simple: tratar de combinar en una sola palabra el concepto de perro e hijo. De tal modo que fuera más sencillo referirse a darle el trato de un niño a una mascota, dentro del núcleo familiar.

De acuerdo con un artículo disponible en la página de internet de Vet Me (un hospital veterinario en México) no se sabe con exactitud el número de perros en México.

Para el mes de enero del 2021 se conocía que existían cerca de 23 millones de perros en el país (mientras que en 2019 se estimaban 19 millones) , de los cuales el 70% (porcentaje que incrementa un 20% cada año) viven en situación de calle. Estos datos posicionan a México en el 1er lugar de Latinoamérica con mayor población de perros callejeros.

De cada 10 perros que llegan a los distintos albergues públicos, 9 son sacrificados. En México se sacrifican alrededor de 10 mil perros cada mes.
De aquí mi felicidad de escuchar comentarios como: ¨ Para mi un perro es más que una mascota, yo si los consideraría miembros de la familia por el cariño que te pueden brindar y que pues les puedes llegar a tener. Yo si lo consideraría como mi hijo y pues si considero que el mío es un perrhijo¨. Palabras que salían de la boca de Estela, una señora sin hijos quien comparte hogar con su esposo y un perro de raza yorqui, al que trata como príncipe. ¨Me gusta que un animal indefenso sea tratado como parte de tu familia, porque para eso lo tienes, para brindarle cariño, amor y ternura¨ me contaba Estela mientras acariciaba a ¨Kiko¨ , su tan querido perrhijo.

Cada vez me es más común llegar a casa de conocidos y encontrarme con que el perro está mejor atendido y cuidado de lo que yo alguna vez lo estuve cuando era pequeño, trató de no sentirme mal por ello, al contrario, me toca el corazón ver a perros en buenos hogares, bien vestidos y bien alimentados. Sin embargo la mayoría de veces cuando me quedo observando al perro y su comportamiento, me percato de que algo no está del todo bien. El perro se ha vuelto completamente dependiente de su dueño, y su dueño del perro, ninguno de los dos sabe existir sin el otro, lo que puede ser una señal de que la relación entre humano y perro no está siendo del todo sana. Estela me decía ¨Creo es importante tratar a un animal como un animal y no confundirlo con un humano¨ y yo no podría estar más de acuerdo con ella.

Relación humano-perro

Si bien es cierto, que la relación con los perros es una de las relaciones más fieles y añejas que ha desarrollado el humano con otra especie a lo largo de su estancia en este planeta. La relación ha ido transformándose a lo largo del tiempo, ya que las necesidades de ambas especies también lo han hecho. Una investigación internacional liderada por científicos de la universidad de Oxford, reveló que ¨los perros fueron domesticados en ambos lados del viejo mundo, la población del este se dispersó junto a los humanos hacia el oeste hace entre 14.000 y 6.400 años, y de alguna manera reemplazó a los perros que ya vivían en Europa”, explicó Greger Larson, quien era el líder del trabajo .

Y es así como se concluía que los primeros perros habrían surgido en Europa hace más de 15.000 años y a su vez en Asia oriental, hace más de 12.500 años.
Se podría decir que la relación con los canes comienza como una relación basado en el intercambio, con el mero y único objetivo de alcanzar la supervivencia. En los perros encontramos fieles aliados. Mutuamente nos ayudábamos para asegurar nuestra existencia. El perro necesitaba de la fuerza y de la inteligencia del humano, y el humano necesitaba de las peculiares habilidades perrunas, como lo es por ejemplo, ese olfato tan agudo con el que cuentan los perros. De esa manera se fue formando un fuerte lazo con estos animales.

En la actualidad mucho es lo que ha cambiado, en realidad ya no nos necesitamos mutuamente de la misma manera en la que lo hacíamos antes, la relación sigue siendo una de intercambio, pero ya no con la supervivencia como objetivo, sino ahora buscamos la compañía y un fiel compañero que incluso se gana un privilegiado posicionamiento dentro de nuestras familias humanas.

Gerardo, un adulto soltero quien comparte departamento con Tristan (su perro chihuahua) me confesó comprarle ropa bastante seguido a su perro, ya que ¨Tristan debe de verse coqueto cuando sale a caminar¨, me decía. A su vez platicábamos de la importancia de las mascotas en nuestras vidas, y de como esto podría llegar a confundir a la gente entre la diferencia que debe de existir entre tratar a un animal y a un humano.

 Me contaba (Gerardo), que él prefiere la relación actual que los humanos tenemos con los perros, en lugar de que teníamos tiempo atrás, ya que ¨antes los usábamos como herramientas, para sobrevivir, obviamente. Ahora el contexto ha cambiado y son tantas cosas las que mi perro aporta a mí vida¨. Siguió contándome acerca de como Tristán había llegado a su vida. ¨Me divorcie de mi esposa hace 3 años, y los meses siguientes a eso fueron realmente difíciles, me sentía muy solo y triste. Una amiga me recomendó buscar una mascota, pero no tenia planeado hacer una inversión de ese tipo. Nos encontramos un día en la calle. Él parecía perdido y cuando yo iba caminando, algo me atrajo a él, me agache a acariciarlo y él parecía disfrutarlo, me lo lleve a mi casa. Mi intención no era quedarme con él, yo solo no quería que él estuviera solo y ahora somos felices juntos¨.

¿Perrhijos o como llenar nuestros vacíos?

Para la elaboración de este reportaje estuve leyendo varios comentarios en internet que aseguraban que tratar a un perro como perrhijo, podría considerarse como un tipo de maltrato animal, lo cual despertó aún más mi interés por este tema.

Tras pensarlo por un rato y tratar de encontrar la respuesta a como es que habíamos llegado a este bizarro escenario en el que tratamos a perros como hijos, concluí en que la razón por la que la tendencia de los perrhijos ha ido en aumento en los últimos años, no es más que otra cosa, que el resultado de la soledad y la ansiedad provocada por el cambio que han sufrido las relaciones sociales humanas a raíz del avance tecnológico (ni se diga el impacto psicológico y emocional que este ultimo año de pandemia ha generado, por que es bien sabido que la pandemia ha aislado de manera brutal a las personas).

Todos los humanos necesitamos conectar con otros seres vivos y uno podría pensar que nos encontramos en una de las mejores etapas de la humanidad en cuanto a comunicarse con otras personas se trata.
Internet conecta al mundo pero al mismo tiempo nos desconecta de nosotros mismos, nos aísla y nos hace sentir más solos. Es aquí donde las mascotas juegan un papel importante en nuestras vidas, ya que son consideradas como excelentes compañías en nuestro día a día.

No es un misterio el pensar en él por qué cada vez son más las personas que tratan a sus mascotas como humanos, sobre todo si tenemos en mente que el avance tecnológico ha crecido de manera sorprendente en estos últimos 15 años. La aparición de redes sociales, los smartphones, los servicios en streaming, los continuos bombardeos de publicidad en cualquier medio digital y la capacidad de poder compartir al instante momentos de nuestra vida, todo esto que parecía realmente lejano hace 40 años atrás, se ha convertido en nuestra realidad.

Nos encontramos situados en una era en donde nadie sabe quien es, en donde nadie sabe que quiere y en donde la preocupación se encuentra en compartir nuestras experiencias en lugar de vivirlas.
Todos estos vacíos existenciales (y tan humanos) que nos ha traído el avance tecnológico nos han dejado en una posición bastante peculiar, en donde nuestras mascotas dejan de ser mascotas. Las humanizamos con la finalidad de no sentirnos solos, de no sentirnos vacíos, de darle un significado a nuestra vida y de forzar a nuestras mascotas a ser aún más dependientes de nosotros y de nuestro amor.

Y por si eso fuera poco, ya hay tiendas departamentales que venden cosas tan innecesarias para un perro a precios realmente caros. Una sudadera para un perro en una tienda bien establecida, puede costarte en alrededor 300 a 500 pesos ¿En realidad un perro necesita ropa? me pregunto.

¿Qué deberíamos de hacer?

El tema de los perrhijos apenas comienza a ganar popularidad, cada día se bautizan nuevos perrhijos. ¨No se que voy a hacer cuando acabe la pandemia, mi perro se va a poner muy triste de que mi familia y yo ya no vamos a estar tanto tiempo en casa ¨ me contaba angustiada Mónica, y la comprendo.

Nuestra relación con los perros es una especial. Casi ninguna otra especie nos ha mostrado tanta lealtad, cariño y amor. Yo mismo recuerdo la manera en la que cambió mi vida el día que mi perro llegó a ella.

Los perros claro que llenan nuestros vacíos, los llenan con amor, el amor más puro que se puede encontrar. Todos tenemos días buenos y días malos, y él saber que siempre vas a tener a tu lado una noble compañía, logra hacerte sentir seguro, más sabiendo que la compañía no es de tu misma especie. Es un lenguaje distinto por el cual nos comunicamos con los perros, y ese lenguaje es un medio honesto por el cual ambas especies podemos ser comprendidas.


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